sábado, 17 de marzo de 2012

Función del poeta en la sociedad y función de la poesía


En Historial de un libro podemos observar el paso de su infancia, su amistad con algunos miembros de su generación, sus primeros viajes por el extranjero, como fue su vida durante la Guerra Civil y su exilio permanente. Cernuda, aunque intenta no mostrar datos concretos sobre su intimidad, si que muestra al lector algunas de sus características así como una descripción de la que él cree que ha sido la progresión de su personalidad a lo largo de su vida. Esta progresión va ligada a su percepción de lo que debe ser la poesía y por tanto, los poemarios que va publicando.

En su segundo libro lo que Cernuda expresa es que ya en su juventud intuía cual sería su cometido como poeta, aunque no sabía como llevarlo a cabo. Ese cometido es plasmar en la escritura lo que ama, para dejar que otros lo amen también.
La belleza lo sorprende, lo aturde, y él necesita expresarse para liberarse y que otros puedan apreciar esta belleza que tanto le asombra a él. Pero esa labor requiere un entrenamiento paulatino y sutil, difícil de llevar a cabo: el avance progresivo en su técnica literaria y en su propio concepto de poesía.
El poeta elude con Historial de un libro toda elevación academicista de su literatura y se ofrece al lector a través de sus libros, íntegro en poesía y persona.
La función social de Cernuda va más allá del hábito de escribir y hacerlo con el conocimiento de técnicas y recursos literarios, sintácticos y gramaticales; su función se relaciona con la capacidad que él tiene para observar y analizar su entorno, con el objetivo de sintetizar su análisis en la expresión poética, cuyo resultado es el poema.
Por su función social, el poeta se parece al filósofo, aunque se expresa de forma diferente. El filósofo es teórico y se abre en su expresión, mientras que el poética es práctico y sintético, reduce su expresión en imágenes con las que sensibiliza a su lector o auditorio y a la vez enseña a percibir y a aprender la sabiduría. A pesar de esto, ambos poseen las bases, las herramientas, el carácter y el oficio para obtener conocimientos, procesarlos y compartirlos con quien sabe aproximarse.
Los poetas son sabios creadores de mundos que, si bien imaginarios, parten del análisis y síntesis de la realidad diaria en la que cada lector es sorprendido, en su ingenuidad, con la refulgante y certera voz de los poetas, quienes esgrimen sus palabras como espadas desenvainadas dese la capacidad de invención para liberar emociones, las de los autores, que por empatía terminan por hacer suyas los espectadores.



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